La Conferencia del Episcopado Mexicano condenó los dichos del sacerdote Alfredo Gallegos, conocido como el “Padre Pistolas”, quien amenazó a la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García, por el proyecto del acueducto Presa Solís. Aunque la Iglesia llamó a reflejar respeto y dignidad, no anunció sanción alguna. Colectivas feministas advirtieron que las expresiones del clérigo constituyen violencia política de género y exigieron castigo y cobertura mediática responsable.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reprobó el actuar del sacerdote Alfredo Gallegos Lara, mejor conocido como el ‘padre pistolas’ en contra de la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, a quien amenazó de golpear por el proyecto del Acueducto de la Presa Solís.
A través de sus redes sociales el CEM emitió un pronunciamiento al respecto en donde dice reprobar toda forma de violencia verbal o discriminación en contra de cualquier persona y mucho más tratándose de una mujer.
Así como señalan su preocupación y reprobación sobre que el mensaje sea emitido por parte de un agente pastoral, y sea él quién falte al respecto, a la dignidad y al valor de las personas.
“La Conferencia del Episcopado Mexicano expresa su profunda preocupación y reprobación ante cualquier palabra o mensaje de un sacerdote o agente de pastoral que falte al respeto, la dignidad o el valor de las Personas, especialmente cuando se trata de mujeres”
Conferencia del Episcopado Mexicano
Añaden que no existe justificación alguna sobre el uso de esas expresiones violentas, irrespetuosas o discriminatorias.

“No existe justificación alguna para el uso de expresiones violentas, irrespetuosas o discriminatorias. Y que quienes servimos en la Iglesia estamos llamados a reflejar con nuestras palabras y gestos el rostro compasivo de Cristo, que siempre dignifica y nunca humilla”
Conferencia del Episcopado Mexicano
Aunque señalan el compromiso de los obispos de México de seguir trabajando por una Iglesia que escuche, acoja y defienda la dignidad de cada persona para la construcción de una sociedad con espacios de diálogo, reconciliación y paz, no expresan alguna forma de sanción o llamado de atención hacia el ‘padre pistolas’.
¿Qué hizo el padre pistolas?
El padre pistolas durante la homilía celebrada el 2 de noviembre en Chucándiro, Michoacán abordó el tema del proyecto de la Presa de Solís que busca ahorrar al menos 300 metros cúbicos de agua y recuperar 120 que serán destinados a cinco municipios de Guanajuato, para lo cual serán tecnificadas al menos 6 mil hectáreas.
El sacerdote dijo a sus feligreses que el proyecto en realidad lo que buscaba era quitarles el agua y matarlos de hambre, acusando a la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo de tener ese objetivo e incitando a agredirla físicamente.
Aunque la gobernadora de Guanajuato, dijo no presentará denuncia alguna por estos dichos, porque no perdería el tiempo con un personaje como el padre Pistolas, de quien se sabe cómo habla y se expresa, diferentes organismos de han pronunciado a favor de la mandataria y exigen un castigo digno para el padre Pistolas.
Entre los organismos que se pronunciaron está la Asamblea de Gobernadores y Gobernadoras de Acción Nacional, quien pidió castigo para el “pseudo sacerdote” y la colectiva 50+1, que emitió un pronunciamiento en respaldo a la gobernadora y condenó enérgicamente las expresiones de violencia verbal y amenazas por parte del ministro de culto.
La colectiva explica que las declaraciones que incitan a agredir físicamente a una mujer que ejerce un cargo público constituyen violencia política en contra de las mujeres en razón de género, buscando intimidar, desacreditar y limitar su participación en la vida pública.
“Este tipo de expresiones no son simples diferencias de opinión o manifestaciones de inconformidad: son expresiones de odio y misoginia que refuerzan las barreras estructurales que históricamente han enfrentado las mujeres en el ejercicio del poder”.
Colectiva 50+1
La difusión del mensaje también es violencia
La colectiva señala que la violencia política no termina con quien la pronuncia, sino también quién la reproduce, replica o amplifica esos menajes sin un enfoque de derechos humanos ni perspectiva de género. Advierten que difundir las amenazas o discursos aportan a la normalización de la violencia y erosión de la democracia.
“La libertad de expresión y el derecho a la información son pilares de la democracia, pero no pueden utilizarse como pretexto para justificar o amplificar discursos violentos. Las mujeres tenemos derecho a participar, decidir y gobernar en espacios libres de agresión y de miedo”
Colectiva 50+1
Finalmente 50+1 exige que las autoridades competentes actúen con firmeza para investigar y sancionar los hechos que constituyen violencia política en razón de género y que los medios de comunicación adopten protocolos para una cobertura responsable de este tipo de situaciones.














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