El Congreso de Guanajuato aprobó el matrimonio igualitario al modificar el Código Civil y reconocer la unión entre dos personas sin distinción de género. El obispo Enrique Díaz Díaz acusó que la reforma responde al capricho y sumisión de legisladores y advirtió que la Iglesia mantiene su postura sobre el matrimonio entre hombre y mujer.
La aprobación del matrimonio igualitario es reflejo del cambio de leyes a capricho y sumisión de los legisladores a una cultura de muerte, sentenció el obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz al defender que esta probación no cambia la dignidad de las personas, ni la visión de la Iglesia con respecto al matrimonio.
La semana pasada el Congreso del Estado subió a la mesa de discusión el matrimonio igualitario en donde se aprobó reformar el Código Civil del Estado de Guanajuato para ya no limitar las uniones legales a un hombre y una mujer, y en su lugar se reconoce la unión civil entre dos personas, dando paso a que toda personas se una con quién lo desee.
La Iglesia no ha sido ajena a esta discusión, y desde semanas atrás el obispo Enrique Díaz Díaz defendió que las uniones entre personas del mismo sexo, aunque sean un derecho y se busque el bienestar de las personas, no pueden llamarse matrimonios, pues dentro de la fe católica, un matrimonio siempre será entre un hombre y una mujer que tiene como objetivo la procreación.
Ante esta aprobación del Congreso, el obispo fue claro en advertir que ante cualquier cambio en la ley, la dignidad de las personas debe de prevalecer, ante una realidad que no sigue siendo otra.
“Las leyes a la mejor se podrán cambiar al capricho o sumisión de los legisladores a esta ‘cultura de muerte’ como le llamaba el padre José María (sacerdote de la Diócesis), pero la naturaleza y la dignidad de la personas deben de prevalecer”
Enrique Díaz Díaz / obispo de Irapuato
Reconoció cómo positivo que se den garantías y derechos a las personas que se encuentran en estos supuestos, porque destacó que todas y cada una de ellas se merecen respeto, pero dejó claro que no esta ley no podrá cambiar lo que es en realidad un matrimonio, que ante la Iglesia es solamente entre un hombre y una mujer.
“Se pueden aprobar acciones y se pueda aprobar el matrimonio igualitario, pero la realidad sigue siendo otra. A la mejor esta ley puede darle algunos derechos y marcos jurídicos a estas personas que merecen nuestro respeto, per la dignidad de la personas no la podemos cambiar y el matrimonio sigue siendo solamente entre hombre y mujer, en el sentido de la palabra y como nosotros lo entendemos que Dios lo ha querido”
Enrique Díaz Díaz /obispo de Irapuato
¿Qué cambio en la ley en pro del matrimonio igualitario?
Con la reforma al Código Civil del Estado de Guanajuato el matrimonio igualitario deja de ser una concesión administrativa a un derecho legalmente reconocido.
La Reforma cambia la definición de matrimonio que anteriormente se centraba en la unión entre un hombre y una mujer para cambiar a ser la “unión libre de dos personas”, con lo que se garantiza el derecho a que el matrimonio pueda darse sin importar el sexo o género de los contrayentes, sin obtáculos.
Las uniones anteriormente se podían dar uniones entre parejas del mismo sexo, en la mayoría de los casos tenía que darse tras interponer un amparo judicial individual y a partir del 2021, se daban por decreto gubernamental, pero ahora ya están sustentados en la ley.
En esta misma aprobación también se dio la prohibición y sanción penal de las llamadas ‘terapias de reconversión’ o Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG)















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