Creciendo con Valores: el programa que brinda apoyo a niñas y niños marcados por la violencia en Irapuato

Creciendo con Valores: el programa que brinda apoyo a niñas y niños marcados por la violencia en Irapuato

En un estado donde la violencia ha dejado miles de niñas, niños y adolescentes con heridas emocionales profundas, Irapuato inició una nueva etapa del programa Creciendo con Valores, una estrategia que busca reparar parte de ese daño: acompañar a menores que crecieron rodeados de agresiones, pérdidas o miedo, aunque ellos no hayan sido el blanco directo.

México suele contar las víctimas de violencia en cifras: homicidios, desapariciones, ataques armados. Pero pocas veces se pregunta quiénes estaban cerca, quiénes vieron, escucharon, o sintieron cómo su entorno cambiaba para siempre. El programa nació para ellos.

Un modelo de atención que acompañará a 200 niñas y niños en 2025

La tercera generación trabajará con 200 niñas, niños y adolescentes, además de 100 cuidadores, durante 46 sesiones sabatinas. El plan incluye terapia psicológica individual —3 mil 600 horas en total—, consultas médicas, actividades deportivas y culturales, entrega de material escolar e insumos básicos, transporte, alimentos y espacios recreativos.

Aunque el objetivo es técnico —atender secuelas emocionales y fortalecer la convivencia familiar—, el impacto se observa en escenas cotidianas: un niño que vuelve a jugar, una adolescente que aprende a reconocer sus emociones, una madre que descubre nuevas formas de criar sin repetir lo vivido.

Creciendo con Valores: el programa que brinda apoyo a niñas y niños marcados por la violencia en Irapuato

Un antecedente que mostró avances

El programa comenzó en 2022 con 43 menores. Un año después, la segunda generación trabajó con 88. En ambos casos, especialistas reportaron mejoras en la expresión emocional, reducción de episodios de ansiedad, y una mayor participación de las familias. Las cuidadoras —en su mayoría madres— recibieron formación en crianza respetuosa y contención emocional.

Desde entonces, Creciendo con Valores se ha presentado como un modelo poco común en México: un programa municipal enfocado específicamente en niñas y niños que viven violencia de manera colateral.

El contexto: miles de menores afectados por violencia en Guanajuato

La relevancia de un proyecto de este tipo se entiende mejor al revisar los datos más recientes disponibles en el estado:

  • Entre 2018 y 2024, más de 18 mil niñas, niños y adolescentes fueron atendidos en hospitales de Guanajuato por violencia familiar.
  • En los últimos cinco años, más de 9,400 menores han sido víctimas de delitos sexuales en la entidad.
  • Solo en 2022, los centros hospitalarios del estado registraron 3,198 casos de violencia familiar en personas de 1 a 17 años.
  • Ese mismo año, 466 menores recibieron atención por violencia sexual.
  • En 2024, la Procuraduría estatal recibió 973 denuncias por violencia contra menores.
  • El problema alcanza su punto más grave cuando se habla de homicidios: 157 niñas, niños y adolescentes fueron asesinados en Guanajuato en 2024.

Estas cifras ayudan a dimensionar la magnitud de la crisis que enfrentan las infancias. Sin embargo, no existe —hasta el momento— un registro público que desagregue cuántas de estas víctimas corresponden únicamente al municipio de Irapuato.

Creciendo con Valores: el programa que brinda apoyo a niñas y niños marcados por la violencia en Irapuato

Irapuato pionero en programa de rescate de las infancias

Aunque hay instituciones en el país que brindan atención psicológica o social a menores víctimas de maltrato —como las Procuradurías de Protección en los estados o los modelos de intervención de CONAVIM—, ninguno coincide plenamente con el enfoque de Irapuato: atención prolongada, recreación, transporte, apoyo material y participación activa de las familias en un solo programa.

A nivel nacional existen protocolos de actuación y servicios de protección, pero no un modelo municipal igual o replicado. Hasta ahora, Creciendo con Valores es una estrategia local sin copia formal en otros estados.

Lorena Alfaro García, presidenta de Irapuato, recordó que el compromiso con las infancias se reafirma con el inicio de esta tercera generación, consolidando un modelo de atención integral único en el país, que ha demostrado resultados y que continúa creciendo, innovando y transformando vidas.

“Estamos reanudando este programa tan bonito y solidario para darles atención a todas y todos ustedes, familias de Irapuato que han sufrido la pérdida de un ser querido. Esperábamos este momento en el que ya pudiéramos ofrecer este servicio integral; esto no sería posible sin la suma de esfuerzos”.

Lorena Alfaro García / presidenta de Irapuato


Por su parte, Valeria Alfaro García, presidenta del Sistema DIF Municipal, destacó que todas las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a soñar y desarrollarse en entornos saludables; por ello, este esfuerzo les brindará herramientas para afrontar retos y alcanzar sus metas.

“Queremos trabajar en cuatro cosas: la primera, que crean en ustedes mismos y descubran lo fuertes y valiosos que son; la segunda, trabajar en sus amistades, porque hay que aprender a convivir y hacer equipo; la tercera, en sus familias, para que haya más abrazos en casa y mejor comunicación; y la cuarta, en su seguridad, para que sepan cuidarse”,

Valeria Alfaro García / presidenta del DIF Municipal Irapuato

La otra mirada: lo que no se suele contar

Los menores que participan en esta iniciativa pertenecen a familias que han vivido agresiones, amenazas, homicidios o desplazamiento interno. Muchos crecieron viendo cómo los adultos intentaban sobrevivir, sin herramientas para explicarles lo que pasaba. Algunos presentan retraimiento, otros hiperalerta; algunos no duermen bien, otros tienen dificultades para socializar o confiar.

Para esas infancias, un programa como este no soluciona el origen del problema —la violencia estructural que atraviesa al estado—, pero sí ofrece un espacio seguro. Un lugar donde pueden volver a jugar sin miedo, donde alguien escucha lo que sienten y donde sus cuidadores aprenden a sostenerlos sin gritos ni golpes.

La tercera generación de Creciendo con Valores llegará a 200 niños. En un estado donde miles necesitan atención, la cifra parece pequeña. Pero para cada uno de ellos, puede significar una diferencia profunda: que alguien intervenga antes de que el dolor se convierta en destino.


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