Eventos como la Feria de las Fresas y la Expo Agroalimentaria impulsaron a Irapuato como el segundo destino más visitado de Guanajuato, con más de 5 mil millones de pesos en derrama económica. Sin embargo, el reto sigue siendo cambiar la percepción de inseguridad que acompaña a la ciudad.
Irapuato no es solamente la ciudad de violencia e inseguridad que muchos tienen en mente. Sus habitantes, día con día, trabajan para hacerla más bella, más digna de vivir y rescatar esa esencia que durante décadas le ha dado identidad: la fresa, la calidez de su gente y el esfuerzo colectivo por construir una mejor ciudad.
El gobierno municipal, encabezado por Lorena Alfaro García, tiene una apuesta fuerte: convertir a Irapuato en un referente turístico de talla nacional e internacional. Y no se trata de un simple discurso.
Según cifras oficiales, solo en el último año la ciudad generó una derrama económica superior a los 5 mil millones de pesos a través de ferias, festivales y eventos de gran formato que han traído miles de visitantes.
El boom turístico en cifras
El 2024 marcó un antes y un después para la agenda cultural, deportiva y turística de Irapuato. La Feria de las Fresas, la Expo Agroalimentaria, la Cabalgata de Reyes Magos, junto con diversos festivales culturales y deportivos, se convirtieron en los motores de esta derrama económica que dejó más de 5 mil millones de pesos.
Hoy, Irapuato ocupa el segundo lugar como destino turístico en Guanajuato, superado únicamente por San Miguel de Allende, considerado durante años como una de las ciudades más bellas para vivir en el mundo. No es un logro menor: en la última década Irapuato ni siquiera figuraba en el mapa turístico del estado.
La apuesta ha sido clara: eventos masivos, promoción en escaparates nacionales como el Tianguis Turístico de México y la consolidación de rutas locales en coordinación con asociaciones de guías. La premisa es que “Irapuato no solo se recorre, se vive”. Y bajo esa lógica, la identidad fresera se ha convertido en marca de exportación. Hoy la fresa está en todo: desde ferias gastronómicas hasta campañas digitales.

¿Quién gana con el turismo?
El impacto del turismo no se limita a las grandes cifras. La derrama económica permea en sectores como hotelería, restaurantes y servicios, pero también se refleja en pequeños negocios: desde los taxistas hasta los vendedores de comida en el centro. Aunque los empleos que se generan suelen ser temporales, lo cierto es que el movimiento económico se nota y beneficia, en mayor o menor medida, a buena parte de la población.
Los irapuatenses saben que no todo es perfecto. Hay dudas razonables: ¿realmente el turismo mejora la calidad de vida de la ciudadanía? ¿o las grandes cifras quedan en manos de unos cuantos sectores?
La discusión está abierta, pero lo que sí es una realidad, que con la llegada de visitantes a la ciudad, puede ganar desde el gran hotelero hasta el dueño de cualquier rico para comer, el artesano, el guía turístico, entre otros.
¿El turismo alcanza para opacar la inseguridad?
Hablar de Irapuato es también hablar de una realidad que nadie puede ignorar: la violencia. Los hechos delictivos forman parte de la narrativa diaria y pesan en la percepción de quienes visitan la ciudad. Sin embargo, reducir a Irapuato únicamente a esa imagen, la de la inseguridad, es también injusto.
El reto para el gobierno municipal y para la sociedad es doble: no negar la violencia, pero tampoco permitir que esa etiqueta anule el resto de lo que significa vivir aquí.
“Nadie puede amar lo que no conoce”, suele repetir la alcaldesa Lorena Alfaro. Y en esa lógica, el turismo funciona como un escaparate para mostrar lo que Irapuato también es: una ciudad con historia, cultura, identidad y ganas de salir adelante.

El futuro: “Irapuato 27”
Bajo el plan “Irapuato 27”, la ciudad busca consolidarse hacia el 2027 como un polo turístico, cultural y deportivo. Eso implica más ferias, más festivales y una campaña permanente de promoción. El discurso oficial habla de un futuro “imparable”, con la fresa como estandarte y con una apuesta que no solo busca visitantes, sino también cambiar la percepción de lo que significa Irapuato.
La pregunta que queda en el aire es si este impulso turístico alcanzará para transformar la narrativa de inseguridad que pesa sobre la ciudad.
Por ahora, lo cierto es que Irapuato está en movimiento, que sus habitantes trabajan día a día y que, poco a poco, se abre camino como un destino que no solo se recorre, sino que también se vive y se siente.
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