El vocalista de CODA, Xava Drago (Salvador Aguilar), figura clave del rock mexicano, anunció su despedida definitiva de los escenarios tras informar que los tratamientos contra el cáncer gástrico que padece desde 2024 dejaron de funcionar. Su mensaje conmueve a seguidores que lo han acompañado desde sus inicios en los años 80 hasta su consagración con éxitos como Aún y Veinte para las doce.
Dicen que para triunfar se necesitan sólo cuatro ingredientes: talento, terquedad, valentía y honestidad. Salvador Aguilar, conocido en los escenarios del rock como Xava Drago, los tuvo todos, pero el último, el más difícil de sostener, se convirtió en su brújula.
Su honestidad lo llevó a tocar la cima, pero también a cometer errores que luego transformó en triunfos; porque hasta eso tuvo, pues como si fuera un prestidigitador, logró la capacidad de convertir sus adversidades en un triunfo obtenido, en otro sueño cumplido.
La historia de Xava Drago en el rock inicia a mediados de la década de 1980 en la Ciudad de México y gran parte se le debe a su entonces amigo de la adolescencia, Héctor Jiménez, quien le dijo que quería formar una banda y que le veía mucho potencial.
“Tú traes toda la onda de Ozzy Osbourne. ¿Por qué no haces lo que hace Ozzy y armamos algo?”, le dijo Héctor Jiménez y lo empezó a adoctrinar y le pasó algunos videos que tenía, canciones, fotos y reseñas. A Xava no le pareció mala idea, aunque en secreto prefería la elegancia de Freddie Mercury, pues para él era el showman que quería ser. Pero su oído también estaba influenciado por bandas como Iron Maiden, Poison y Ratt. A sus 16 años supo que tenía que arriesgarse para cumplir sus sueños y decidió hacerle caso a Héctor. No tenían instrumentos ni micrófonos, nada.
“Nos arriesgamos y nos volábamos las clases para subirnos a cantar en los camiones” y en ocasiones les devolvían algo más que una mirada curiosa.
Todo dio frutos: Héctor logró convencer a otro amigo a quien apodaban El Tío y a un baterista que venía de Chicago, Juan Pérez, y los cuatro formaron Steel Hawk. Aunque tocaban algunos covers, también escribieron dos rolas propias y las cuales cantaban en inglés: The Warrior y Worker.

Ultimatum: la vida es de oportunidades
Era 1985 y Steel Hawk ya empezaba a hacer ruido. Tanto que Ultimatum, banda que empezaba a picar piedra en el metal mexicano, contactó a Xava y lo invitó a uno de sus ensayos. Lo querían para que fuera su vocalista.
Ultimatum ensayaba por el rumbo del Toreo de Cuatro Caminos y hasta allá fue Xava, quien todavía no cumplía la mayoría de edad. La sala de ensayo le impresionó: fue la primera vez que vio una consola y cada instrumento tenía su propia conexión, su micrófono; era lo más cercano a algo profesional. Pero algo pasó: la distancia fue un tema que jugó en contra y no regresó a los ensayos, a pesar de que Talo Chárraga y Fernando Meave ya lo consideraban para formar parte del proyecto.
Un día de 1986, su madre veía la televisión y lo llamó. “Mira, hijo, ese grupo, a lo mejor los conoces”. Eran Ultimatum. Estaban en la televisión en la final del concurso “Valores Juveniles”. Xava se quedó helado, porque la canción con la que concursaban era una de las que se aprendió para la audición que hizo. Esa noche, Ultimatum ganaba el certamen y su cantante era una mujer, Marcela González. Sintió el golpe de haber dejado algo grande. Xava pensó que había sido un error no haber seguido en el grupo, pero también pensó que de haber seguido probablemente no hubieran ganado.
Tiempo después los buscó en un concierto en Tlalnepantla. Quería pedirles ayuda para encontrar espacios para Steel Hawk y ahí se topó con la primera verdad: aunque Ultimatum ya tenía cierto cartel, el rock mexicano no era fácil.
1987 fue bueno para Xava: el 27 de junio de 1987, Ultimatum se presentaba en el Foro Isabelino y decidió ir nuevamente a pedirles apoyo para lograr espacios para Steel Hawk. A su llegada, encontró a Talo angustiado. Marcela no había llegado. “Voy a tener que salir a decirles que se cancela todo”, le dijo. Pero de pronto, como serendipia, Talo resolvió.
—Tú te sabes las rolas, ¿no?, le dijo
—Sí, pero la gente viene a verlos a ustedes —respondió.
—No hay problema, tú sales conmigo. Prefiero que toquemos dos canciones y decirle a la gente que Marcela nos dejó plantados a cancelar.
Xava había estado practicando para mejorar su voz, pues le decían que todo en ella estaba bien, salvo su vibrato, pero con lo que tenían en ese entonces alcanzaba los registros que tenía Marcela. Para su suerte, también había escuchado el disco que recién habían publicado y supo que las canciones que se aprendió para la audición habían sufrido leves modificaciones por petición de la disquera. Y llegó la hora para Xava.
“Al principio la gente se sacó de onda, porque pues esperaban ver a Marcela, pero de pronto empezó a responder. En esa ocasión se fue la luz, se tronó un amplificador y mientras eso pasaba, yo empecé a interactuar con el público para compensar esas fallas y eso animó a la gente. Nos fue muy bien”
Xava Drago
Esa noche, Talo y Fernando le hicieron el ofrecimiento: tenían 32 fechas en puerta y querían que él fuera su cantante. Marcela no regresaría a la banda, una porque tenía una relación con el hijo del expresidente Gustavo Díaz Ordaz, quien estaba muy metido en la onda del espectáculo y hasta le había prometido que le apoyaría en su carrera como solista para que llegara al festival OTI, y la otra porque no la recibirían después de dejarlos plantados en esa noche. Xava aceptó y esa misma noche Steel Hawk quedó atrás.
En esos meses que estuvo con Ultimatum fortaleció su voz y su presencia escénica. Estudiaba los performance de artistas internacionales, como David Lee Roth y poco a poco se sentía más seguro en el escenario.
Una noche que alternaron con Isis, conoció a Fabiola Paz y le sorprendió su manera de cantar. “Ella canta diferente”, le dijo a Talo y éste le respondió: “sí, ella usa la técnica de la nariz para cantar”. Xava le pidió un consejo para lograr eso y aunque quedaron en que se verían en otra ocasión, no sucedió. Pero la fortuna le volvió a sonreír: consiguió el libro “Cantando como las estrellas”, de Seth Riggs, y ahí entendió que la voz podía trabajarse como cualquier instrumento.
Xava se empezaba a soltar más con su voz y como cantante, pero en 1988 llegó la noticia que no esperaba: Ultimatum le daba las gracias, pues, aunque iban a grabar otro disco, la compañía a la que pertenecían quería una voz de mujer, pues así fue como los firmó.
Megatón y el disco que grabó en tres horas
La salida de Xava de Ultimatum se corrió rápidamente y fueron varios los ofrecimientos que tuvo para unirse a otros grupos, pero los rechazó. Tenía 19 años y su plan era grabar un disco. Los proyectos que le ofrecieron eran de bandas que ya habían grabado su primer álbum y otros que no habían grabado nada y ni siquiera tenían en la mira ello.
Fue hasta que conoció a Raúl Ochoa, de Megatón, quien le ofreció ser el vocalista para el disco que estaban por grabar.
“Raúl me dijo: ‘yo soy el vocalista, pero quiero dedicarme nada más a la guitarra, te necesitamos de frontman” y acepté. No me gustaba mucho la onda de Megatón, pero en ese entonces sentía que me hacía viejo y tenía que grabar”.
Y llegó el día que esperaba: acudir a un estudio de grabación para plasmar su voz en un disco. Pero no fue como lo soñó.
“El disco lo grabé en tres horas, era muy sencillo, lo hice rápido”, recordó. La grabación se hizo en los estudios de Discos GAS, quienes quedaron maravillados con el resultado. No por nada ese disco homónimo de Megatón es una pieza de culto de heavy metal mexicano.
El viaje a Japón, un golpe de realidad
Megatón llegó a la escena del rock mexicano como su nombre, como energía liberada por una explosión de heavy metal que no se había escuchado hasta entonces. Pero no era un proyecto que le dejara satisfecho a Xava Drago.
En ese 1988, inició amistad con Toño “Tonio” Ruiz, quien en ese entonces estaba en la banda Máquina Negra y ambos empezaron a platicar para hacer un proyecto alterno, pues ninguno se sentía a gusto en donde estaban. Acuerdan buscar a Jesús Esquivel, quien era guitarrista del grupo Ramsés, y ya sólo les faltaba una bajista. “Armemos una banda de virtuosos”, dijeron.
El proyecto quedó trunco, pues en 1988, Tonio Ruiz le presentó a Héctor Castañón, quien tenía la idea de formar un grupo para concursar en el concurso Band Explosion de Yamaha de ese año.
“Héctor tiene una canción que me gusta mucho, quiero que le pongas la letra y la voz”, le dijo Tonio Ruiz a Xava Drago. Y empezaron a trabajar. El propio Xava confesó tiempo después que con Héctor nunca hizo click y hasta se caían mal.
“Cuando íbamos a grabar la canción para participar en el concurso, Héctor me dijo ‘sí vamos, pero Tonio no va’ y yo de ‘pero si él me trajo’; ‘todo bien, pero él no va en el proyecto’. Le cuento a Tonio y me dice: ‘sí, la verdad es yo tampoco estoy a gusto, así que dale’ y me quedé, pero porque él me lo pidió”.
Xava Drago
En septiembre de ese mismo 1988, la banda con la que participaron, Valkiria, ganó el concurso y tenía como premio ir a Japón a participar en el certamen internacional y que se realizaría en el Budokan Hall, uno de los máximos recintos de ese país. Xava decide salirse de Megatón, apenas nueve meses después de su ingreso.
Todo pintaba para que Xava lograra su sueño de destacar en el rock, pero el viaje a Japón se truncó por la muerte del emperador japonés, Hiroito, por lo cual hubo un luto nacional extendido y obligó a la suspensión de eventos y conciertos.
Fue hasta febrero de 1989 cuando pudieron realizar el viaje a Japón, pero ya no tocaron en el Budokan Hall, sino en los estudios Fuji y sólo ante unas 300 personas.
“Nos fue muy mal. Entre el jurado estaban el tecladista de Michael Jackson y otros más y cuando les preguntan sobre nosotros, dicen que no somos una banda profesional, que no nos veíamos como una banda consolidada y tenía razón”.
CODA y la celebración con unos Mamut
A su regreso de Japón, Xava buscó a Tonio Ruiz, quien para ese entonces estaba en un proyecto en el que tampoco se sentía a gusto: Océano.
Le propone retomar el proyecto de juntar a Jesús Esquivel y que buscaran a Zito Martínez, uno de los bajistas más virtuosos de México, pero un tanto problemático. Pero lo que querían era darle nacimiento al grupo que idearon, con todos esos virtuosos, los Dream Theater de México. Y así nació CODA.
“Tomé en cuenta eso que nos dijeron en Japón, que no éramos una banda profesional y senté las bases de lo que quería hacer como músico. Escuché el disco ‘Raised on radio’, de Journey, y les dije ‘esto es lo que quiero hacer, esta es mi onda’; se lo enseñé a Toño, se lo enseñé a Chucho y dijeron que sí”.
Con las canciones listas y un proyecto novedoso Xava acudió con la compañía Discos GAS, a quienes conocía cuando grabó con Megatón. Al principio estaban molestos por su repentina salida de la banda, pero luego supieron lo del viaje a Japón, conocieron el proyecto y después de varias pláticas, les dieron el sí. La primera grabación de CODA iba a ver la luz.
Sin embargo, la creación del disco fue difícil: Discos GAS les dijo que sólo podían grabar en los tiempos muertos, es decir, después de la media noche, que sólo podían grabar en Semana Santa y sólo tres días. El tiempo fue suficiente: en un día grabaron guitarras y bajo, en otro batería, voces y la parte del piano y en el tercer día mezclaron. La mezcla, recordó Xava Drago, la iniciaron a medianoche y terminaron alrededor de las seis de la mañana.
“Salimos todos cansados y nos fuimos caminando para tomar el camión, no teníamos dinero. Cuando íbamos a nuestras casas, se subió un cuate vendedor y traía una caja de estos pastelitos Mamut; compramos tres, los abrimos y Chucho, Tonio y yo brindamos con esos que habíamos grabado nuestro primer disco”.
Lo habían logrado. En 1989 graban lo que sería su primer EP/Demo “Tiempo perfecto” en formato vinilo. Pero otra vez la complicación: la disquera tardó casi un año en sacarlo al mercado. Mientras eso sucedió, CODA ya estaba buscando otros sonidos, estaba haciendo otras grabaciones e incluso ya hasta conciertos estaba dando.
“Cuando sale en 1990, a nosotros ya no nos gustó. Y empezamos a buscar el sonido que queríamos, para 1991 sale Zito Martínez y entra Allan Meneses y empezamos a planear el otro disco.
“Ya teníamos un sonido más definido y decidimos meternos al estudio para grabar otro disco. Voy y hablo con la disquera, me dicen que adelante, y les comento que no queremos que pase lo que el primero, que salió un año después y que no hubo la distribución; su respuesta fue no hay dinero y el disco lo venden ustedes. Entonces decidimos que no vamos y me dicen que entonces no nos darán nuestra carta de retiro”.
Xava Drago
Xava Drago decide demandar a Discos GAS y después de un largo juicio, obtuvieron su carta de retiro.
El día que tocaron ante 50 personas y todo cambió
CODA continuaba cosechando seguidores, quienes de a poco conocían lo que habían hecho en “Tiempo perfecto”.
Era 1992 y CODA ya tenía toda la maqueta para el disco que querían. De pronto, un día les asignaron una fecha para tocar en Rockotitlán. Para ellos era la noche soñada, pues directivos de Sony Music, a quienes les había llegado de oídas su música, habían decidido ir a verles. Pero la noche no fue la esperada: sólo unas 50 personas llegaron a Rockotitlán, pues en palabras de Xava Drago, esa misma noche Guns n Roses tocaba en el Palacio de los Deportes. Pero en el escaso público había la persona que esperaban: Raúl Vázquez, entonces director de Sony México, quien quedó encantando.
“Nos ofrecieron grabar y también fue en los tiempos muertos del estudio, en las madrugadas, pero fue una semana, eso sí, con todo a disposición. Grabamos nuestras canciones, la mezcla fue realizada y llegamos con el material a Sony. Días después nos hablaron y llegamos todos. Nos pasaron a una sala, había una mesa, champán, copas, en la mesa unos folders y adentro los contratos para cada uno. Firmamos sin saber qué y así fue nuestro sueño cumplido. Por fin, después de tantos años, por fin”, recordó Xava Drago en 2014.
El resultado fue el disco “Enciéndelo”, un disco que le voló la cabeza a más de uno, más porque era una apuesta fresca y moderna de hard rock. El disco fue tan bueno que sirvió para que Def Leppard les permitiera abrir sus tres conciertos que dio en 1993 en México: uno en Monterrey y dos en el Palacio de los Deportes del otrora Distrito Federal y en todos triunfaron, al grado de que en 2014, cuando Def Leppard volvió al país, pidió que quien les abriera fuera nuevamente CODA.
El disco que les abrió las puertas y que les cerró los conciertos
Después del éxito obtenido con su disco debut, Sony México les ofreció grabar otro plato. Pero ahora sería más ambicioso y para ello les ofreció irse a Inglaterra. Y no era todo: les dio una lista de productores con los que podían trabajar y que eligieran al de su preferencia. En la lista estaba Robin Black, quien había producido a varios grandes, como Black Sabbath y Pink Floyd.
CODA se fue todo un mes a Inglaterra a grabar. Ahí conocen a Spike Edney, quien es conocido por ser el “quinto integrante de Queen” por sus actuaciones de apoyo en conciertos tanto en pianos como en coros. De hecho, el intro de “Aún” y las cuerdas de “Sed” son e Edney.
De se viaje a Inglaterra surge “Veinte para las doce”, el álbum que rompió récords de ventas y que catapultó a CODA, pero que a la postre le cerró muchas puertas, pues la disquera no le permitió hacer shows en discos, antros o ferias, sino sólo eventos masivos. Así abrieron nuevamente a Scorpions, pero mientras eso sucedía, bandas como Maná o La Ley les rebasaban por la derecha.
“Es todo, no más”
Xava Drago llegó a un punto de frustración y que se agravó con la producción Nivel 3, que tras la producción del disco Nivel 3, que no fue tan bien recibido.
Para Xava ya nada tenía sentido: grupos como Molotov irrumpieron en la escena y con un rolas simplonas catalogadas como rock empezaron a hacerse de un público que se volvió menos exigente y que para ellos esos eran los “rockeros” y bandas como CODA eran los “fresas raros”.
Sony decide darles su carta de retiro a CODA, Xava empieza tener problemas personales, se queda sin novia, sin amigos, pues decide abandonar CODA e intentó hacer un proyecto solista, pero no le pegó.
Pero tanto intentó Xava Drago, hasta que llegó la invitación de Sammy Haggar, quien fuera vocalista de Van Halen, para tocar, primero, en su bar en Los Cabos y después quedarse como parte del proyecto musical y ahí llegó a palomear con gente como Bono, Michael Bolton, Stevie Wonder y más, así que su terquedad lo llevó a seguir su camino de estar en el rock.

Y “la onda de Ozzy” se hizo canon
Aunque CODA tuvo un regreso triunfal en 2011 y que se extendió hasta 2023, todo empezó a complicarse en 2024, cuando Xava Drago anunció que se sometería a una operación, pues le habían detectado cáncer en el estómago.
Honesto y valiente, siempre dijo las cosas como eran. En marzo de 2025 fue él quien anunció que había vencido al cáncer, pero un mes después él mismo dio el anuncio: “no soy de rendirme. Solo les informo que he estado tres semanas hospitalizado. Mañana me pondrán una sonda porque el alimento no pasa por mi intestino. Tristemente, el bicho volvió y tendré que hacer más quimios”, compartió en redes sociales.
El sábado nueve de agosto quedará marcado como la vez en que Xava Drago probablemente excedió su honestidad.
“Quiero agradecer a todos los que han donado y siguen donando, desafortunadamente los tratamientos no funcionaron y mis doctores ya no pueden hacer nada por mí, solo me queda agradecer de corazón a mi padre; mis hermanas, que han sido unos ángeles; mis sobrinos; a mis amadas Ela, Nicole y Sofia; a todos los Staff y Crew que trabajaron conmigo alguna vez; managers y promotores; a todos mis compañeros artistas, por tanta buena onda; pero sobre todo a los fans, que han estado conmigo durante tantos años y se han portado como unos ángeles, lo único que me queda, es que pronto tendrían material que grabé hace poco y decirles gracias infinitas”.
Hunter S. Thomson escribió: “la vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!” y esa frase la adoptó para sí Ozzy Osbourne en su autobiografía. Quizá la frase que en 1985 le dijo su amigo Héctor Jiménez a Xava Drago de “traes la onda de Ozzy Osbourne” se volvió realidad, pues también fue terco y fiel a su manera; vivió como pudo y también como lo quiso.hola

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